Las Estaciones Migratorias de México como Entornos torturantes

En México la privación de la libertad de las personas migrantes es una práctica que se ha implementado y consolidado desde hace por lo menos cuatro décadas. Las Estaciones Migratorias son instalaciones físicas que dependen directamente del Instituto Nacional de Migración (INM) y tienen como fin concentrar de manera temporal a las personas extranjeras que no acrediten una situación migratoria regular hasta que se resuelva su la misma.

Por más de quince años las organizaciones de la sociedad civil han documentado y denunciado las precarias condiciones en que operan las Estaciones Migratorias, así como la sistemática violación a los derechos humanos, incluyendo de la normativa mexicana, que viven las personas migrantes y solicitantes de asilo en detención, las cuales pueden ir desde mala alimentación, deficiente atención médica, hacinamiento, hasta actos de maltrato físico y psicológico incluso, posibles actos de tortura.

Desde 2018, el equipo de investigación del Grupo de Acción Comunitaria (GAC) forma parte del Grupo Impulsor Contra la Detención Migratoria y la Tortura (GICDMT), colectivo del que forman parte diversas organizaciones sociales que trabajan en la defensa de los Derechos Humanos de las personas migrantes y refugiadas en México. Investigamos conjuntamente sobre las condiciones de detención para las personas migrantes en México desde la óptica de los entornos torturantes, así como los impactos que dichas condiciones tienen en las personas en movimiento. Los resultados preliminares de este trabajo pueden consultarse en «Border Criminologies», blog sobre control migratorio de la Universidad de Oxford. Los datos completos que aportan un análisis de las estaciones migratorias como entornos torturantes se recogen en el artículo “Torturing environments and multiple injuries in Mexican migration detention”.

[Artículo] Entornos Torturantes y multiples impactos de la detención migratoria en México

La detención migratoria, una práctica sistemática en México

La política actual de control migratorio en México está basada en prácticas sistemáticas de detención en centros de privación de libertad denominados oficialmente “Estaciones Migratorias” o “Estancias Provisionales”, las cuales son gestionadas por el Instituto Nacional de Migración (INM). Estos centros tienen como fin concentrar de manera temporal a las personas extranjeras que no acrediten una situación migratoria regular en el país, hasta en tanto se resuelva la misma. En la actualidad existen aproximadamente 32 estaciones migratorias a lo largo de todo el país. Los últimos 5 años previos a la pandemia de la Covid -19, el incremento de los operativos de detección y detención migratoria han respondido a diversas presiones ejercidas por Estados Unidos, que en distintos momentos ha exigido de México un mayor control de su Frontera Sur. El 42.33% de las detenciones se llevaron a cabo en Chiapas y Tabasco, mientras que un 38% se realizaron en los estados que componen la frontera norte del país. Para tener una aproximación del alcance que estas prácticas implican en México, previo a la pandemia, en el año 2019 se realizaron un total de 186.750 detenciones, de las cuales 134.751 fueron de niñas, niños y adolescentes. Finalmente, de estas personas detenidas, 141.223 fueron deportadas.  

Las condiciones de los centros de detención migratoria en México, así como el trato que reciben las personas en su interior, han sido objeto de preocupación durante los últimos años por parte de diversos órganos del sistema de las Naciones Unidas, de la sociedad civil, y de la propia Comisión Nacional de Derechos Humanos como institución nacional. 

En España existen realidades fronterizas distintas a lo largo del territorio, pues se producen diferencias significativas entre las fronteras peninsulares y aquellas que están fuera del continente europeo: las Islas Canarias y las ciudades autónomas de Melilla y Ceuta. Todas, ubicadas en el norte de África y comúnmente conocidas como Frontera Sur. A lo largo de los últimos años, estos territorios han protagonizado movimientos migratorios descritos como hechos excepcionales, que, de forma generalizada han sido calificados como “crisis migratorias”, a pesar de que estos flujos en este punto siempre se han mantenido constantes.

A raíz de esto, a menudo la acogida se presenta como una respuesta meramente humanitaria de carácter emergencista. Por ello, en el año 2021, el GAC inicia una investigación cuyo objetivo es evaluar las condiciones de acogida de la Frontera Sur española, en la ciudad de Melilla e Islas Canarias, centrándose en el impacto que éstas provocan en las personas migrantes, desde una perspectiva psicosocial y transcultural.

¿Son las estaciones migratorias entornos torturantes?

Desde 2018 hasta el año 2022, el equipo de investigación del Grupo de Acción Comunitaria (GAC) junto con el Grupo Impulsor Contra la Detención Migratoria y la Tortura (GICDMT), desarrolló una investigación sobre las condiciones de detención para las personas migrantes en México explorando el entorno de las llamadas «estaciones migratorias» y cómo la detención migratoria afecta la salud mental y la vida social de las personas detenidas. Para ello, se realizaron entrevistas semiestructuradas a 57 personas migrantes quienes estaban o habían estado detenidas en una estación migratoria.  De estas 57 personas, 45 eran hombres y 12 mujeres. En estas entrevistas se utilizó la TES adaptada a contextos de detención migratoria mexicanos, así como una escala de Intencionalidad de actos realizados por personal dentro de los centros de detención.

Hacinamiento, manipulación y miedo

La principal manipulación contextual referida por las personas entrevistadas fueron las condiciones inhumanas de detención según los estándares internacionales. Casi la totalidad de las personas afirmaban haber estado en celdas donde no se cumplían las condiciones mínimas de tamaño. Luego, se daban situaciones de hacinamiento, no había un lugar habilitado para dormir o existía una falta de higiene dentro de las mismas. Asimismo, las personas afirmaron haber sido sometidas de forma sistemática o eventual a una manipulación de las condiciones ambientales, tales como temperaturas extremas en la celda o la presencia de humedad. Por otro lado, un elevado número de las personas entrevistadas manifestó haber sufrido una alteración de sus funciones fisiológicas básicas, siendo forzadas a experimentar hambre, sed, o limitándose la posibilidad de orinar o defecar. Así mismo, referían haber padecido desregulación del sueño, mediante la imposibilidad de dormir por ruidos y cambio de horarios, entre otros.

Las personas detenidas señalaron haber sufrido manipulación de expectativas y esperanzas para provocar miedo o terror extremos – por ejemplo, a través de la inducción de sentimientos de indefensión completa, la negación de información o la producción de entornos absurdos o aterrorizantes, incluyendo tiempos prolongados de silencio y/o espera. Reportaron también haber sido expuestas a amenazas contra su persona, como amenazas de aislamiento, de tortura o muerte; así como amenazas contra parejas o familiares en detención. También se señaló la presencia de violencia física mediante golpes, que incluían puñetazos, patadas y bofetones. 

En relación con los impactos a nivel emocional que la detención tuvo en las personas entrevistadas, estas reportaron de manera frecuente sentimientos humillación o vergüenza, tristeza, desconfianza, miedo, angustia y desesperanza, además de cansancio. Asimismo, alrededor de un cuarto de las personas entrevistadas declararon tener sentimientos de rabia o enfado, culpa o pesadillas frecuentemente. Por último, cabe destacar entre los impactos más graves, 8 personas afirmaron haber tenido pensamientos de suicidio. Específicamente 5 personas lo experimentaron a veces y 3 personas constantemente. Una persona reportó un intento de suicidio.

Las estaciones migratorias son entornos torturantes que impactan en la salud

Los resultados de la investigación señalan que el sistema de detención migratoria mexicano de las estaciones migratorias crea entornos torturantes. Destacan que en las estaciones migratorias mexicanas se producen múltiples ataques a las funciones básicas del ser humano, agresiones físicas, acciones generadoras de miedo y pérdida de control, así como elementos que provocan desesperanza e indefensión. Todos estos elementos conllevan múltiples impactos en la salud de las personas detenidas, incluyendo impactos graves como los sentimientos de desesperanza y los pensamientos de suicidio. 

Estos datos han sido denunciados de forma sistemática por diferentes organismos internacionales y organizaciones de la sociedad civil, sin que existan mejoras ni cambios sustanciales. Puede concluirse que la detención migratoria en México forma parte de una política de disuasión perjudicial que perpetúa la desigualdad y la creación de sentimientos de miedo e impotencia causados por la detención y la deportación.

Artículo completo

Coordinación de la investigación:

Pau Pérez-Sales

Julia Manek

Salva Lacruz

Gabriela López Neyra

Autoría

Julia Manek

Andrea Galán Santamarina

Pau Pérez-Sales

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