Fútbol refugiado

En 2019, el Grupo de Acción Comunitaria, en colaboración con el Centro de Atención a Víctimas de Malos Tratos y Tortura, Sir[a], realizó una convocatoria entre las personas que acudían al recurso con el objetivo de formar un equipo de fútbol que sirviera como alternativa de ocio para los pacientes. La iniciativa resultó ser un éxito, y solamente durante su primer año, más de 50 chicos y chicas participaron de los entrenamientos y partidos del equipo. 

Los encuentros eran abiertos y tenían lugar en las canchas públicas de fútbol del barrio de Vallecas, a los que solían unirse también los niños y niñas del barrio. Para los participantes, que provenían de países distintos y en muchos casos no compartían la misma lengua, el fútbol les sirvió como un lenguaje en común, y a la larga, les significó también un lugar de encuentro en el que compartir sus inquietudes. A menudo, los jugadores aprovechaban para reunirse después del ejercicio y compartir sus dudas, inquietudes o medios, para ponerles después solución conjuntamente. Como un equipo. 

Con el objetivo de oficializar la actividad del grupo y garantizar que el proyecto pudiese mantenerse en el tiempo, el GAC, en colaboración con SIRA,  lanzó una campaña de crowdfunding con la que poder financiar la equipación y los materiales básicos, así como para costear la inscripción del grupo en alguna competición local, buscando poder medirse junto a otros equipos.

Gracias a las diversas aportaciones que recibió el grupo, los objetivos económicos de la campaña se cumplieron y el equipo consiguió algunas de sus metas: comenzar a entrenar periódicamente en unas instalaciones profesionales, y costear materiales y equipaciones con las que poder continuar trabajando.  En la actualidad, y como consecuencia de la pandemia, el equipo se está reestructurando y buscando retomar los entrenamientos lo más pronto posible.