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El Comité para la Eliminación de la Discriminación Contra la Mujer de la ONU le dio la razón e instó a España a adoptar medidas para erradicar la violencia obstétrica

Encontramos sintomatología postraumática, provocada tanto por la vivencia de profunda indefensión durante el parto, como por la falta de reconocimiento por parte de las instituciones sanitarias y judiciales durante más de 10 años

Ella y su abogada empezaron con una reclamación ante el servicio de salud del País Vasco, para pasar después a los juzgados de lo contencioso-administrativo, el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco y el Tribunal Constitucional. Es en 2022, cuando la CEDAW (Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer de la ONU) le da la razón y señala que durante todo ese proceso, la mujer y su abogada se encontraron con “estereotipos de género y discriminación”. 

Es durante este periodo, que a las violencias sufridas durante el parto, se suman los impactos de haber estado exigiendo justicia durante más de 10 años en España, sin haber sido escuchada ni reconocida. “Durante el proceso en España, se afirmó que era el médico quien decidía si practicarle una cesárea y que el daño psicológico que sufría era simplemente una cuestión de percepción”, señala la abogada Francisca Fernández Guillén, en una entrevista para eldiario.es. 

En calidad de peritos, y a demanda de su abogada, el Centro Sira ha examinado el caso de Nahia Alkorta para evaluar su estado actual, sus daños psicológicos y morales, y determinar qué consecuencias tuvo el anormal funcionamiento de la Administración de Justicia en su proyecto de vida, en el marco de su carrera por exigir responsabilidades al Estado. En la actualidad, y tras la petición de la CEDAW, Nahia se encuentra en un nuevo proceso judicial para exigir responsabilidades a la Administración.  

Violencia obstétrica sufrida durante el parto

Durante su primer parto, Nahia relata haber sufrido (1) exceso de tactos vaginales durante su proceso de dilatación; (2) denuncia que su parto se indujo sin explicaciones; y que, (3) durante el parto, los médicos tomaron la decisión de practicarle una cesárea sin atender las solicitudes de la pareja de esperar a la evolución del parto. Según su relato, en ningún momento, se les informó sobre los riesgos de las intervenciones.

La peritada también denuncia que su cesárea se ejecutó con (4) personas en fase de aprendizaje, sin ningún consentimiento informado, y que una vez nacido su hijo, fue (5) separado de ella, pese a que no había ninguna razón materna ni infantil que lo justifique. (6) Al bebé se le alimenta con biberón, a pesar de que la familia había manifestado su intención de darle el pecho. Las repetidas peticiones de la madre para que le entreguen a su hijo son ignoradas por parte de los profesionales del hospital.

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