Desaparición Forzada: el sufrimiento de las familias es tortura
Esta investigación busca evidenciar el intenso sufrimiento de las familiares de las personas desaparecidas forzosamente y torturadas en distintos tipos de conflicto, momentos históricos y marcos culturales.
Al mismo tiempo, este número indaga en cómo evolucionan los impactos médicos y psicológicos en las distintas generaciones de familiares. Para ello, se toman casos de Chile, Colombia, El Salvador, México, Argentina, Argelia o la India, entre otros.
La desaparición forzada es una violación de Derechos Humanos que involucra a dos tipos de víctimas: la directa, que sufre la violencia del secuestro, la angustia de ser retenida en un lugar desconocido y, en muchos casos, la tortura física y psicológica; y las indirectas, las familiares que cargan con el peso de no saber qué le ocurrió a su ser querido, las razones de su desaparición o si aún sigue con vida.
En repetidas ocasiones, el nivel de angustia y sufrimiento de las familias ha sido considerado por la comunidad médica, psicológica y jurídica como de suficiente gravedad como para ser equiparada a la tortura. Sin embargo, las familiares apenas son reconocidas y tratadas como víctimas por parte de los Estados y los sistemas de justicia penal.
A las familiares de las víctimas de desaparición forzada se les acosa sistemáticamente en muchos países.
La búsqueda de la verdad las expone a un gran peligro, pudiendo sufrir incluso el mismo destino.
En países como México, con más de 100.000 desapariciones registradas desde 1964, el alcance masivo de las desapariciones forzadas afecta a millones de familiares.
Muchos de estos, que caminan junto a diversas asociaciones reclamando justicia, son objeto de amenazas, intimidación, asesinatos y desapariciones.