Desde el establecimiento del Estado de Israel en 1948, diferentes organismos internacionales han denunciado la utilización de la tortura de forma sistemática por parte de las autoridades israelís a personas palestinas por medio de diferentes técnicas. Aunque la tortura y otras formas de maltrato están contundentemente prohibidas por el derecho internacional y muchos países han incorporado a su legislación nacional la prohibición de la misma, Israel ha tomado un rumbo diferente no solo no aprobando una legislación nacional que prohíba el uso de la tortura, sino que sus tribunales han permitido el uso de la tortura en algunos supuestos afirmando que, si bien la tortura y otros malos tratos estaban prohibidos en general, el personal interrogador que utilizaba lo que el Tribunal calificó de “medios físicos de interrogatorio” en situaciones de “amenaza inminente” podía ser exonerado de procesamiento penal e incluso de investigación.
Desde el año 2018, el GAC colabora con el Treatment and Rehabilitation Centre for Victims of Torture (TRC) de Ramallah, una organización que desde 1997 presta servicios psicosociales a los supervivientes de la tortura y la violencia en Palestina. Se trabaja conjuntamente en al análisis y documentación de la tortura por parte de las autoridades israelíes a través de las atenciones que viene realización del TRC, poniendo el foco en diferentes temas: la privación del sueño como técnica de tortura, la tortura sexual en el marco de las detenciones, o los impactos en las víctimas secundarias, es decir, las familias de las personas detenidas.