Migración y tortura

Los procesos migratorios suelen estar acompañados de episodios de malos tratos y tortura. En algunos casos, se trata del motivo que hace iniciar la huida del país de origen, mientras que en otros, se trata de una de las peores situaciones de las que son víctimas las personas durante su viaje migratorio.

Tal y como ha señalado el Relator Especial contra la Tortura (2018) en su último informe temático las fronteras se han convertido en lugares de graves violaciones de Derechos Humanos. En estos espacios se producen deportaciones masivas y detenciones en lugares específicos para personas migrantes. Estos entornos de retención migratoria se constituyen como lugares de excepcionalidad, en donde a las personas se les deshumaniza, en tanto que son tratadas de un modo diferente al resto de seres humanos. En función de las condiciones en las que se les mantiene y el trato recibido, estas personas son sometidas a un elevado sufrimiento físico y psicológico que encaja con el segundo supuesto de la definición de tortura de la Convención de Naciones Unidas.

Cuando las personas llegan a supuestos países seguros, en muchos casos no se garantiza su acceso al abanico de Derechos Humanos básicos (tales como el derecho a la salud, vivienda, educación, rehabilitación, etc.) ni una protección contra nuevos abusos. De esta forma, las personas migrantes quedan cada vez más expuestas a ser detenidas, e incluso a la posiblidad de ser devueltas a las situaciones de tortura de las que escapaban en primera instancia.

El equipo de investigación del Grupo de Acción Comunitaria (GAC) trabaja en este contexto realizando investigaciones que puedan analizar, denunciar y formular recomendaciones relacionadas con los malos tratos y tortura asociados a los procesos migratorios.

África – España

Violencia en tránsito

Las políticas europeas de fortalecimiento de fronteras, a través de la securitización, externalización y devoluciones sin garantías, obligan a las personas a migrar por vías irregulares y clandestinas. Esta situación favorece que el aumento del negocio de las redes de tráfico, las cuales se postulan como las facilitadoras para abrir nuevos caminos, cada vez más peligrosos, exponiendo así a las personas que viajan a situaciones de extrema vulnerabilidad, tratos inhumanos y degradantes, malos tratos y tortura.

El viaje se convierte en un escenario de muerte y violencia hacia las personas que lo realizan, que se cobra innumerables vidas al año. Ante esta situación es esencial investigar y documentar las vulneraciones de derechos humanos que suceden durante los tránsitos migratorios desde África hasta España.

España

Acogida Frontera Sur

En España existen realidades fronterizas distintas a lo largo del territorio, pues se producen diferencias significativas entre las fronteras peninsulares y aquellas que están fuera del continente europeo: las Islas Canarias y las ciudades autónomas de Melilla y Ceuta. Todas, ubicadas en el norte de África y comúnmente conocidas como Frontera Sur.

A lo largo de los últimos años, estos territorios han protagonizado movimientos migratorios descritos como hechos excepcionales, que, de forma generalizada han sido calificados como “crisis migratorias”, a pesar de que estos flujos en este punto siempre se han mantenido constantes.

Grecia

Campo de Moria

El campo para personas refugiadas de Moria ha constituido en su conjunto un entorno torturante para los miles de solicitantes de asilo que han llegado hasta este punto en busca de protección internacional.

Gobiernos y autoridades europeas han permitido que estas personas permanecieran durante meses, e incluso años, encerradas en unas condiciones abiertamente maltratantes.

La privación indirecta del sueño, la falta de una alimentación mínima y adecuada, el aislamiento comunicativo, la exposición a temperaturas extremas sin la posibilidad de protegerse ante ellas, sumado a las constantes humillaciones, amenazas y ejercicios de violencia por parte de los funcionarios públicos, generan en su conjunto un efecto combinado que constituye un espacio de tortura.

México

Estaciones migratorias

La política actual de control migratorio en México está basada en prácticas sistemáticas de detención en centros de privación de libertad denominados oficialmente “Estaciones Migratorias” o “Estancias Provisionales”, y son gestionadas por el Instituto Nacional de Migración (INM). Las condiciones de los centros de detención migratoria en México, así como el trato que reciben las personas en su interior, han sido objeto de preocupación durante los últimos años por parte de diversos órganos del sistema de las Naciones Unidas, de la sociedad civil, y de la propia Comisión Nacional de Derechos Humanos de México.